viernes, julio 11, 2008

FRENOS & CONTRAPESOS. ALBERDI EN LOS ESTADOS UNIDOS ... O LA CRISIS ACTUAL (¡IV FLOTA INCLUIDA!)
. Mariana Verón. "La armada no entrará en ningún río", La Nación

Juan Bautista Alberdi viaja a los Estados Unidos en junio de 1854. Su misión, encargada por Juan María Gutiérrez, consiste en evitar que los Estados Unidos reconozcan a la provincia de Buenos Aires como estado soberano (*). Al mismo tiempo, debe intentar despertar el interés por la inmigración de "hombres especiales en el conocimiento de las ciencias y de las artes, por la introducción de inventos y máquinas, y por el estímulo de capitales que quieran aplicarse a la explotación del suelo y sus productos naturales" (¡Gutiérrez proto-schumpeteriano!). Alberdi queda impresionado por la seriedad con la que es recibido en Washington D.C. Mantiene reuniones con el attorney general Caleb Cushing — "me interpretaba con un talento y elegancia superiores"—, el Secretario de Estado William Marcy y el presidente Franklin Pierce.

El 14 de agosto, los estadounidenses le anuncian una decisión muy favorable a la Confederación: Buenos Aires será considerada una dependencia del gobierno nacional. Encantado, Alberdi se dedica al "turismo institucional". En Filadelfia había visitado la sala en que se declaró la independencia de los Estados Unidos, impresionado por los retratos de Paine, Lafayette y Washington. En Baltimore debatió el libro de Tocqueville en un almuerzo. En la capital, al contemplar documentos originales firmados por George Washington, declara: "La Instituta original de Justiniano, conservada en Florencia, no me había hecho tanto efecto, como aquellas leyes, reguladoras de este siglo".

[Regreso al 2008. El poder unitario de los "K" intenta apropiarse de los recursos de la Aduana en detrimento del interior. Brasil se ríe de las desgracias argentinas. La Presidenta se preocupa por la IV Flota de los Estados Unidos].

Juan Bautista Alberdi concluye:

Veo realizado lo que siempre creí, que este país [los Estados Unidos] era nuestro gran instrumento contra las tendencias invasoras del Brasil. Salgo prendado y admirado de este país. Los temibles yanquis no son sino un buen y manso pueblo. Los planes de anexión que se atribuyen a este país, no pasan de fanfarronadas de populacho exaltado, que es fatuo, con doble título que lo es en todas partes, pero no existe en la cabeza de ningún hombre serio.

(*) Las referencias provienen de la monumental, polémica, y muy documentada biografía de Jorge M. Mayer. Alberdi y su tiempo (Buenos Aires: EUDEBA, 1963).

2 comentarios:

parcass dijo...

Agustin:

Veo con mucha alegria que decidiste mirar un poco a Alberdi.

Si bien no era Madison, era lo mejor que teniamos,no?

Saludos
ramon cassino

Agustin dijo...

Ramón. Sin dudas!