FRENOS & CONTRAPESOS. VOLTAIRE & EL EQUILIBRIO
. Voltaire. Lettre VI. Sur les Presbytériens

Releo las Lettres philosphiques (1734) de Voltaire y encuentro un par de importantes reflexiones sobre la noción de equilibrio en política y sociedad. Comienzo por la sexta carta ("Sobre los presbiterianos"). El último párrafo es un clásico sobre la libertad de religión, entendida como un ejercicio de risk management para evitar monopolios: "S'il n'y avait en Angleterre qu'une religion, le despotisme serait à craindre; s'il en avait deux, elles se couperaient la gorge; mais il y en a trente, et elles vivent en paix et heureuses".

En la octava carta ("Sobre el Parlamento"), aparece el término balance. Claramente bajo la influencia de Bolingbroke, Voltaire utiliza esta palabra que pocos años después el idioma francés reemplazaría por équilibre:

La Chambre des Pairs et celle des Communes sont les arbitres de la nation, le Roi est le sur-arbitre. Cette balance manquait aux Romains: les grands et le peuple étaient toujours en division à Rome, sans qu'il n'y eût un pouvoir mitoyen qui pût les accorder.

En 1748, Montesquieu retomaría la idea inglesa del equilibrio de poderes como la diferencia clave con la Roma clásica. Su formulación sería más precisa que la de Voltaire: el hecho crucial, para Montesquieu, es la independencia judicial, inexistente en Roma. Desde el punto de vista de la formación de la cultura política de América Latina, estos pasajes son importantes. La generación posterior de philosophes —los fisiócratas, Turgot, Condorcet— abandonaría la idea de gobierno balanceado.

Impactados por el fulminante éxito de Inglaterra —en 1759 se adueña de Canadá, y muy pronto nace el imperio británico en la India— los franceses se niegan a aceptar la superioridad del sistema de soberanía dividida. Los enceguece la envidia. En 1794, Condorcet despotrica contra "le gouvernement machiavélique" de Gran Bretaña y aconseja a la joven república de los Estados Unidos evitar "ce vain équilibre si longtemps admiré" (*). Estos dilemas intentará aclarar, en vano, el gran Mariano Moreno.

(*) Des progrès de l'esprit humain. Paris: Éditions Sociales, 1971.