jueves, diciembre 20, 2007

EL COSTO DE ALIARSE AL MUSSOLINI DEL CARIBE ...
. La Nación. "Figura en una declaración una visita de Antonini a la Casa Rosada"

"Sepárense los poderes y se mantendrá la pureza de la administración" (Mariano Moreno)

- Frenos & Contrapesos. ¿Cómo se ve el "Valija-gate" desde Amsterdam? Desde el punto de vista de los frenos y contrapesos, el espectáculo resulta completamente ... lógico. No puede haber accountability cuando la esposa del presidente es la líder del Senado, cuando el titular de la Corte Suprema se refiere a "Cristina", y cuando el titular del poder ejecutivo se niega a dar conferencias de prensa. ¡Imposible! La naturaleza humana es frágil: este es uno de los argumentos centrales a favor de la división de poderes. En nuestra cultura política, la entrada en escena del caudillo es generalmente bienvenida porque representa la esperanza de orden tras un período de caos. Pero el caudillismo —como todo régimen de poder concentrado (cuya raíz puede ser monárquica, aristocrática o democrática)— lleva en sí mismo la raíz de su auto-destrucción.

- Teorías conspirativas. Tiendo a no prestar atención a las teorías conspirativas. Que el episodio del valijero Antonini haya sido promovido por un fiscal no significa necesariamente que la administración Bush esté detrás del caso (ver el asunto "Scooter Libby"). Pero juguemos un minuto a la conspiración. No es difícil encontrar un argumento: la cumbre de Mar del Plata en 2005. "K" y Chávez celebraron juntos la humillación de Bush. (Recuerdo que me llamaron dos economistas de Wall Street para preguntarme sobre la causa de los disturbios). Desde esta perspectiva, los amantes de las teorías conspirativas tienen la solución servida en bandeja: Payback time!

When it's payback time
And you take that final ride
There is no place to run to
And there ain't no place to hide

- Condicionalidad. Cuando comenzaron las operaciones de bonos con Chávez, fui uno de los primeros en llamar la atención sobre la condicionalidad. Como economista de la prosperidad, nunca me gustó la condicionalidad de los créditos del FMI: devaluación, suba de impuestos, etc. Pero tenía un mérito importante — se establecía por contrato, de manera transparente. En cambio, la condicionalidad del crédito de Chávez es totalmente desconocida: ¡transparencia cero! A parte de la esperable existencia de comisiones (¿quien las cobra?), resulta lógico esperar que el Mussolini del Caribe ponga condiciones para las operaciones con bonos. Después de todo, un axioma clave de todo economista es: There is no free lunch.

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