sábado, diciembre 17, 2005

FRENOS & CONTRAPESOS. NÉSTOR "K", EL FMI Y LA CULTURA POLÍTICA DEL "ENTUSIASMO" (¿UN PELIGRO?)
. LA NACIÓN: Confianza en que el Congreso aprobará el pago al FMI

Esta mañana, tanto el portero de mi edificio como la señora que viene a limpiar me saludaron con un comentario ultra-optimista sobre la decisión del presidente Néstor "K" de "desendeudar" a la Argentina pre-cancelando la deuda con el FMI. El clima de entusiasmo que se vive en la Casa Rosada ―y en otros ámbitos― es realmente llamativo. Éstas son algunas de las referencias periodísticas [1]:

- Euforia & triunfalismo. "... clima de euforia en el Salón Blanco ... triunfalismo que se respira en Balcarce 50 con la presencia de las Madres de Plaza de Mayo ... Un eufórico auditorio fue el termómetro del discurso ... el ánimo de los funcionarios era de euforia ... envión anímico casi sin límites en la Casa Rosada ... clima festivo impregnado de triunfalismo."

- Algunas citas. Es "un nuevo 9 de julio, un hecho histórico" (Gerardo Martínez, UOCRA); "Un paso positivo" (Obispo Casaretto); "¡Cincuenta años esperando una noticia así! Es una realidad increíble" (Héctor Méndez, UIA); "Revaloriza la confianza en nosotros mismos ... Es un modo de recuperar nuestra dignidad" (Angelo Calcaterra, Sideca); "Es un momento histórico" (Parrilli).

La cultura política del entusiasmo
En 2004 me puse a estudiar ―¡a los 42 años!― un Masters in American Studies en la Universidad de Ámsterdam. Desde que ví, en vivo y en directo, cómo los super-poderes de Domingo Cavallo precipitaron la crisis bancaria de 2001, decidí investigar de cerca la teoría política de los "frenos y contrapesos institucionales", la clave del éxito (IMHO) en los países Nórdicos y Anglo-Sajones.

La noción de enthusiasm, típica de los escritos políticos de Locke, Shaftesbury, Hume y Adams, me llamó particularmente la atención. En 2005, la palabra tiene una connotación positiva. En cambio, en la literatura política anglo-americana del siglo XVIII, era vista como sinónimo de fanatismo (el siglo anterior había sido marcado en Inglaterra por el fanatismo revolucionario y religioso).

¡Ahí las cosas se pusieron interesantes! En su panfleto "Thoughts on Government" (1776), Adams advierte sobre el peligro de la concentración de los poderes, una situación que tiende a producir, entre otras cosas, flights of enthusiasm―exactamente como está ocurriendo hoy en la Argentina.

No es este el lugar para entrar en más detalles sobre la cuestión del entusiasmo-fanatismo [2]. Pero sí vale la pena tener en cuenta dos ideas. En primer lugar, los pensadores políticos "progresistas" suelen ser entusiastas porque desprecian el efecto moderador de una reasonable Christianity sobre las pasiones [3].

En segundo lugar, si el entusiasmo forma parte de la naturaleza humana, la única solución pasará por un sistema político que ―por medio de frenos y contrapesos institucionales― sea capaz de neutralizar el exceso de ambición política, tanto de derecha como de izquierda, de individuos como de grupos, etc.

Entusiasmo y concentración de poderes: Martín Redrado
LA NACIÓN destaca la "inocultable satisfacción" en el rostro de Martín Redrado, presidente del BCRA. Dado el entusiasmo por el "desendeudamiento", la medida ha sido implementada mediante un burdo abuso de poder por parte del Ejecutivo. Veamos de qué se trata.

El uso de reservas requiere una modificación de la carta orgánica del Banco Central ―una clara competencia del Congreso de la Nación. Sin embargo, Martín Redrado explicó que:

"La medida se implementará por decreto de necesidad y urgencia, para el que solicitará ratificación parlamentaria antes de fin de año. También habrá otro decreto que facultará al Ministerio de Economía y al Banco Central para instrumentarla".

En LA NACIÓN de esta mañana, tuve que esforzarme para entender la interpretación del periodista: "Los legisladores oficialistas tienen decidido ratificar el decreto en ambas cámaras con el propósito de otorgarle virtual envergadura de ley al decreto".

Confieso que sigo sin entender: ¿Qué significa la "virtual envergadura de ley" de un decreto? Mi conclusión es la siguiente: el costo del entusiasmo por el "des-endeudamiento" es un nuevo retroceso del Estado de Derecho, cuyo precio pagaremos tarde o temprano.

Volvé, John Adams. Volvé, Mariano Moreno.

[1] LA NACIÓN, 16 y 17 de diciembre; Clarín, 17 de diciembre.

[2] Puede leer la Letter Concerning Enthusiasm (1711) de Shaftesbury o los luminosos ensayos del volúmen Enthusiasm and Enlightenment in Europe, 1650-1850 editado por Lawrence E. Klein y Anthony J. La Vopa.

[3] Adams estudió en particular los casos de Turgot y Condorcet. Este último, un notorio ateo, fue un activo protagonista de la Revolución francesa, y un enemigo declarado de la teoría anglo-americana de la división de poderes (la Assamblée Nationale era uni-cameral).

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