COLUMNA SEMANAL. LAS REDES Y LOS COMIENZOS DE LA GOBERNANZA GLOBAL
Por Agustín Mackinlay (*)
La fundación de las más exitosas instituciones políticas, escribe el filósofo escocés David Hume, suele comenzar en medio del desorden y del fraude. En las últimas semanas, no ha faltado ni el desorden, ni el fraude. La crisis financiera más feroz de la historia obliga a los gobiernos del mundo entero a anunciar medidas confusas, equívocas y por momentos contradictorias. En pleno caos, la jornada del jueves 9 de octubre abrió con una noticia impactante: los bancos centrales de los Estados Unidos, Canadá, Europa (zona euro), Gran Bretaña, Suecia, Suiza y China anunciaban una baja coordinada de tasas de interés de corto plazo. El Banco de Japón aprobaba la medida, aunque sin implementarla — su tasa de referencia ya está en 0.5% anual. El día siguiente, los bancos centrales de Hong Kong, Corea del Sur y Taiwán anunciaban su adhesión con sendas bajas en las tasas de corto plazo. Nunca antes se había producido semejante nivel de coordinación internacional en materia monetaria. El 9 de octubre de 2008 marca el comienzo de una nueva etapa de la globalización: la era de la gobernanza global.
Conectividad, redes y ... gobernanza
A lo largo de las últimas décadas, un genuino deseo de prosperidad (y poder) se ha propagado a todos los rincones del planeta. Gobernantes y poblaciones de China, la India, América Latina y el África han dicho "basta": desean, al igual que las naciones más privilegiadas del planeta, gozar de los frutos de la abundancia y la prosperidad. La consecuencia inmediata de esta realización se resume en una palabra: conectividad. Los flujos comerciales y financieros recorren el planeta como nunca antes. (Para comprobarlo gráficamente, el lector solamente tiene que tipear en su computadora la URL de Alibaba, el sitio web chino dedicado al comercio internacional: allí verá banderas de todos los países comerciando entre sí — 24 horas por día, 7 días por semana). En virtud de la conectividad, la noción de red o network se ha transformado en la característica central de la economía mundial. Aquí las cosas se ponen interesantes: toda red, nos recuerda el especialista en globalización Thomas Barnett, está sujeta al riesgo de "perturbación sistémica" o network failure. Y esto es precisamente lo que estamos presenciando.
Podemos definir la crisis actual como una falla en cascada. La nacionalización de bancos en Islandia genera una crisis política internacional; el default de Lehman Brothers sacude a Dubai y provoca un choque de culturas legales; la retracción del consumo en los Estados Unidos fuerza a importadores chinos a cancelar órdenes de compra de commodities de Australia y de América del Sur, obligando al banco suizo UBS a suspender el trading en materias primas; el colapso financiero en Moscú frena las importaciones de maquinaria alemana, con fuertes repercusiones sobre las economías de Europa oriental. En la Argentina, la súbita desvalorización del real brasileño acentúa el crónico problema económico del país: el alto costo del capital, consecuencia de la ausencia de ley. Los ejemplos de la interdependencia de los flujos globales pueden multiplicarse al infinito; lo importante es entender que provienen más de un genuino deseo bottom-up de conectividad, que de los supuestos dictados top-down de una élite de financistas enfermos de codicia.
Siguiendo con la terminología de redes, notamos que las crisis en cascada son típicas de las llamadas "redes heterogéneas" que dependen del buen funcionamiento de unos pocos nodos. Uno de esos nodos, precisamente, está localizado en el corazón de Manhattan, en la mítica Wall Street. Vista de esta manera, la quiebra de importantes entidades bancarias de Nueva York puede entenderse como el primer paso hacia redes financieras globales con más nodos, situados en otras partes del planeta. Todavía es temprano para saber cómo se logrará esta transformación. El francés Jacques Attali piensa en un "piloto global" al cual sólo le falta constuir la "cabina"; el japonés Kenichi Ohmae propone una línea de crédito global a los Estados Unidos; el estadounidense Jeffrey Garten imagina la creación de una Autoridad Monetaria Global.
Mientras tanto, los principales bancos centrales del mundo actúan de manera coordinada. La era de la gobernanza global ha comenzado.
(*) Drs, Universidad de Amsterdam. Premio Roosevelt Study Center 2006. Columnas anteriores: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7.
sábado, octubre 11, 2008
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4 comentarios:
Estimado:
Me parece que usted es demasiado optimista.
Veo que ud. explica la cuestión desde el bottom-up, descartando sin mayor cuestionamiento la opción top-down.
Creo que no hay que apurarse tanto. Hay que prestar atención a los movimientos coordinados y anuncios públicos para determinar si realmente no es top-down.
Por mi parte, pienso que es una operación política encubierta. Y esto, no por ideas irracionales, sino porque se ven ciertos patrones de conducta. En lo económico, esa tendencia a integrar todo, en un gran mercado sin barreras, como si fuese el ideal, cuando en redes informaticas, por ejemplo, se tiende a hacer redes lo más independientes posibles, de tal forma que si cae una parte, la otra queda en pie sin problema.
Es que, según mi punto de vista, la cuestión es pólitica.
Luego, el segundo aspecto es el geopolitico. Se ve claramente la urgencia de USA por atacar Irán, so pretexto del problema de medio oriente (que es un problema real, no lo niego). Pero además de Irán, el episodio en Georgia es una clara maniobra de USA para desestabilizar a Rusia.
Es decir, asi como en economía se hace esa integración de la que hablas, en geopolitica se trata de desestabilizar los nacionalismos que quedan por el mundo.
Saludos!
Carlos. Gracias por el comentario! El problema del "bottom-up" vs. geo-política siempre estará con nosostros. Ambos factores están presentes, naturalmente: es una cuestión de grado -- tal vez mi nota exagera un aspecto en particular. Cuando estuve en China en 1999, tuve el propósito de "testear" estas ideas. Vi con mis propios ojos la fenomenal voluntad de la gente de progresar, de hablar inglés, de trabajar, de enriquecerse ... Ese día me dije a mí mismo: la geo-política es importante, pero el "bottom-up" es aún MÁS importante. Veremos.
Saludos,
Agustin.
muy bueno!
habrá link!
Como anda la masoneria por ahi?
Iván
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