sábado, octubre 18, 2008

COLUMNA SEMANAL. DIEZ ENSEÑANZAS DE LA CRISIS (EL MUNDO & LA ARGENTINA) [ACTUALIZADO]

Por Agustín Mackinlay (*)

[1] Hay una sola economía: la economía mundial. En 1991 gané el Premio La Nación por un trabajo intitulado "¿Qué significa globalización?". Mi tesis era sencilla: en un mundo caracterizado por una rápida expansión del comercio y de las finanzas, la noción de frontera pierde relevancia. La crisis financiera global confirma —mucho más allá de mis propias expectativas— la idea propuesta hace diecisiete años. La quiebra del banco de inversión Lehman Brothers es el epicentro de un tsunami que afecta las tasas de interés, los tipos de cambio, y el precio de las materias primas desde Nueva York hasta Auckland, pasando por Buenos Aires, Reykjavik, Damasco y Kiev. La Presidenta Kirchner hace pública su Schadenfreude por la crisis en los Estados Unidos; a los pocos días, se entera de la caída del precio de las materias primas y de sus consecuencias para la Argentina. No hay una economía argentina, y una economía brasileña, y una economía canadiense: hay una economía mundial. Punto y aparte. Ningún país del globo —ni siquiera Cuba y Corea del Norte— dejará de sentir los efectos del tembladeral.

[2] A crisis global, instituciones globales. La crisis financiera debe ser entendida en un marco de referencia similar al de los problemas ambientales, de salud y hasta de terrorismo: no reconocen fronteras. Tras distanciarse de las iniciativas de Nicolas Sarkozy, la Sra. Merkel constata la fuga de depósitos en Frankfurt y da marcha atrás, uniéndo esfuerzos con Europa. Si los Estados Unidos son el epicentro del tsunami financiero, Europa lidera en gobernanza: el Banco Central Europeo anticipa al FMI con una línea de swaps a un país no-miembro (Hungría); el plan sueco-británico de capitalización de bancos termina imponiéndose en ... Washington D.C. La emergente gobernanza global —ilustrada por la baja de tasas de interés coordinada del 9 y 10 de octubre— no significa la entrada en escena de un nuevo y temible Leviatán. La regulación del mercado de Credit Default Swaps no será particularmente onerosa; de hecho, si contribuye a bajar las primas de riesgo, será una maniobra muy rentable. Decenas de instituciones regionales y globales (algunas compitiendo entre sí) darán forma al inevitable multilateralismo del siglo XXI. Por último: gobernanza no es sinónimo de Estado. Veremos reformas de gobernanza dentro de las empresas: más accountability para los CEOs, más directores independientes, más énfasis en las operaciones de back-office de los bancos, etc.

[3] El dudoso futuro de las monedas nacionales. La crisis financiera representa un momento clave para el euro — y permite ilustrar el (dudoso) futuro de las monedas nacionales. Temerosos por la falta de coordinación en materia de supervisión bancaria, los inversores vendieron inicialmente euros contra yens, francos suizos y dólares. Sin embargo, una nueva percepción comienza a imponerse. Sin el euro, la crisis bancaria de Bélgica hubiera forzado al país a devaluar y a acudir al FMI. Los países de la UE-no eurozona y los de Europa Central ahora comprenden que sus escuálidos bancos centrales carecen de los recursos de un gigante como el Banco Central Europeo. No están en condiciones de organizar líneas de swap con la Reserva Federal, el Banco de Japón y el Banco de la República Popular de China. El primer ministro de Dinamarca ya piensa en un nuevo referendum para abandonar la corona danesa e ingresar al euro. Hungría avizora reformas para avanzar en la misma dirección. Damas y caballeros: las pequeñas monedas nacionales tienen los días (o mejor dicho: los años) contados. Si la Argentina quiere venderle soja al mundo, tendrá que pensar estratégicamente en materia ... monetaria.

[4] La liquidez global es caprichosa. "La fortuna è donna", decía Maquiavelo como para acentuar su carácter caprichoso. La liquidez global no tiene sexo, pero es increíblemente caprichosa. Comencé a construir indicadores de liquidez global en 1995; es una tarea de nunca acabar, porque la liquidez constantemente asume nuevas formas (hoy prevalece la liquidez —o mejor dicho: la iliquidez— de mercado o "micro", por sobre la liquidez "macro"). En la Argentina, las euforias políticas, siempre transitorias, suelen ir de la mano de un "boom" de liquidez global que arrastra el precio de las materias primas al alza. El liderazgo de turno se auto-atribuye la bonanza y concluye (erróneamente) que puede destruir en beneficio propio las instituciones republicanas. Una vez que colapsa la liquidez global, el "desierto institucional" pone de relieve la eterna debilidad de la economía: el alto costo del capital. Los sueños de grandeza se evaporan: Perón, Menem, los Kirchner. La Argentina necesita un liderazgo político valiente y prudente, que asuma el riesgo de explicar al electorado la inevitable realidad del ciclo económico, mientras construye un futuro basado en instituciones sólidas.

[5] Schumpeter para tiempos normales, Keynes para crisis. Con la crisis, crece la figura de John Maynard Keynes. El Financial Times le rinde homenaje tras homenaje. La esencia del "keynesianismo", escribe Ed Crooks, es "salvar al capitalismo de sí mismo". En contra de la opinión prevaleciente, continúa Crooks, Keynes afirmaba que el ciclo económico no era necesariamente un mecanismo de auto-corrección. No hay dudas que, en tiempos de crisis como el actual, estas ideas se están aplicando: frente al desesperado des-apalancamiento privado, los bancos centrales del G7 se re-apalancan sin pausa. Según mis calculos provisorios, la base monetaria en los Estados Unidos se expande al 41% en octubre, vs. una contracción de 2.5% en septiembre. ¿Debemos entonces "enterrar" (intelectualmente) a Joseph Schumpeter, el gran rival de Keynes? Claro que no. Los tiempos normales volverán, y muy pronto será necesario dirigir la atención sobre la problemática de la innovación, uno de los puntos débiles de la Argentina. Un comentario adicional. El Sr. Kirchner se auto-declara "keynesiano". ¿Pero habrá leído realmente al gran economista inglés? Mucho más keynesiano hubiese sido conducir una política fiscal y monetaria prudente durante la época de las vacas gordas (y soja ultra-cara).

[6] El mito de las reservas como "blindaje". El costo del capital se dispara; el crédito desaparece; el riesgo-país está por las nubes. Muchos pensaban que las grandes tenencias de reservas internacionales permitirían aislar a la Argentina de un episodio de turbulencia financiera. Esta ilusión terminó antes de la quiebra de Lehman Brothers. Tanto en la Argentina como en Rusia, la ausencia de ley había provocado una brusca contracción de la oferta de recursos prestables (resolución 125 en Argentina, ataques a British Petroleum y guerra de Georgia en Rusia). No se trataba de problemas "técnicos", sino institucionales. Luego se agudizó la crisis financiera global, y hasta los grandes exportadores de petróleo se vieron afectados. El 12 de octubre, Arabia Saudita anunciaba un programa de ayuda a bancos, y los Emiratos Árabes Unidos decretaban la garantía de los depósitos y de los préstamos inter-bancarios. Y todo a pesar de sus montañas de petro-dólares.

[7] Frenos & contrapesos ... y naturaleza humana. El costo del capital, hemos sostenido repetidamente en esta columna, depende de la estabilidad de la propiedad y de la existencia de frenos y contrapesos institucionales. Sin embargo, dos de los países mejor gobernados del planeta —Islandia y Suiza— tienen hoy serios problemas financieros. La crisis demuestra que el exceso de crédito también es peligroso. John Adams, acaso el político que más estudió la ciencia del gobierno, detestaba a los banqueros: había perdido todos sus ahorros durante un pánico financiero. Pero sabía perfectamente que un régimen de libertad estaría sujeto, de cuando en cuando, a los delirios de grandeza de los hombres. La próspera nación de Islandia, a mediados de los 1990s, se convierte en un enorme hedge fund; los activos de sus bancos llegan a 8 veces el PBI; hoy está quebrada. Carcomido por la envidia, el banquero suizo Marcel Ospel opta por arriesgar el capital de UBS en operaciones de proprietary trading similares a las de Goldman Sachs. Ahora la venerable institución helvética necesita una inyección de capital del ... Estado.

[8] La banca es una "utility". La banca moderna tiene un grave problema: ha sido demasiado exitosa. Su "materia prima" (el dinero) se ha generalizado de una manera tan fenomenal, que los usuarios de servicios bancarios han pasado a considerar el acceso a sus fondos como un derecho social. Recordando las imágenes de la Argentina de 2001-2002, los gobernantes del mundo han resuelto no tolerar —en la medida de sus posibilidades— situaciones semejantes. La banca tradicional se convierte en una utility: segura, pero muy regulada. Nuevos modelos de banca de inversión serán necesarios para financiar la innovación empresaria.

[9] La Argentina es un "free rider". La fiebre proteccionista se adueña de la dirigencia política y empresarial de la Argentina. El proteccionismo del free rider puede funcionar por un tiempo, siempre y cuando el resto del mundo mantenga abiertos los canales del comercio internacional. Pero si todos optan por imitar a la Argentina, el mundo va derecho a ... los 1930s. La actitud del free rider tendrá costos —en materia de prestigio y de acceso al capital— que la Sra. Kirchner desconoce por completo.

[10] ¿Derrota del capitalismo? No lo creo. Cuando el historiador marxista Immanuel Wallerstein y el presidente iraní Mahmoud Ahmadinejad unen sus voces para decretar el "fin del capitalismo", el inversor astuto sabe que es momento de ... comprar. La caída de Lehman Brothers hace tambalear las Bolsas de Moscú y Kiev. ¡Pero no existían estas Bolsas hace veinte años! Mientras tanto, el Banco de la República Popular de China baja sus tasas de corto plazo en una maniobra coordinada con ... ¡la Reserva Federal! Las autoridades chinas absorben las lecciones de la crisis con la misma intensidad que estudian los programas de la NASA. Quieren aprender. Hasta ahora, su conclusión es clara: más transparencia, más instrumentos financieros, más derechos de propiedad.

(*) Drs, Universidad de Amsterdam. Premio Roosevelt Study Center 2006. Columnas anteriores: 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8.

2 comentarios:

parcass dijo...

Agustin:

Tengo mis serias dudas que los KK hayan leido algo durante sus "estudios".Actualmente no creo soporten una lectura de mas de 15 minutos.

Y esto debemos extenderlo al 90% de la clase politica!

Nos esperan tiempos muy dificiles en Argentina.
Saludos
ramon c

Marta Salazar dijo...

hay link!

gracias x tus columnas!